Sí, allí se dio el silencio en su dimensión más terrible, el terror te atrapó desmesurado y fui a su casa y lo esperé por horas, y horas y nada, no, no estaba, no llegaba, ni él, ni su padre, ni su madre, tan simpática con eso de un hijo sinvergüenza, y llamé por teléfono repetidamente y nunca nunca contestó y volvías a llamar y volvías a ir a su casa, por la noche después de tus estudios, y nada, no, no estaban, se habrían ido de viaje, y llegaron los exámenes finales y tenías que terminar la escuela, sí, ahora sí que estoy atrapada, pensaste, ahora sí que no tengo salida, como sé que aquí, en este ascensor no tengo nada que hacer, alguien tiene que venir y abrir la puerta, y ayudarme, y sé que alguien vendrá, algún día, y se acabarán esta sed y esta hambre para siempre.