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La muñeca
Carmela Eulate Sanjurjo
1895

Presentación: Natalia Cisterna y Lucía Stecher

Julián la miró de un modo que, si lo hubiese comprendido, la habría hecho estremecer. Había ira, desprecio, coraje y sobre todo un dolor inmenso, infinito, el dolor de un hombre que al despertarse se halla en un abismo. Hasta entonces no había penetrado por completo en el alma de Rosario. No era sólo una mujer sin corazón, una muñeca que se viste y adorna para llamar la atención de la multitud; todo eso lo sabía. Era un ser inconscientemente feroz que, acostumbrado a pensar sólo en sí, no le afectaban las penas de los demás sino en la relación que pudieran tener con ella misma.




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